Análisis comparativo de las propuestas de José Antonio Kast y Jeannette Jara frente al desafío de agregar valor a las exportaciones mineras
Chile exporta principalmente cobre refinado (cátodos) y concentrado de cobre, que son commodities con un valor determinado por el mercado internacional. El desafío estratégico es pasar a exportar productos semielaborados o terminados donde el valor ya no lo determina solo la libra de cobre, sino la tecnología, la innovación y la propiedad intelectual incorporadas.
Valor Agregado a través del Mercado
La diversificación y el valor agregado surgen de manera natural en un entorno de libre mercado con estabilidad, donde los emprendedores e inversionistas identifican y desarrollan las oportunidades más rentables.
Es eficiente; solo sobreviven los proyectos de valor agregado que son viables en el mercado real.
Es lento y puede ser insuficiente. El mercado no siempre invierte en proyectos de alto riesgo/largo plazo. Chile podría quedarse eternamente en la etapa de "ideas".
Valor Agregado a través del Estado Planificador
El Estado debe liderar estratégicamente la transición hacia una economía industrializada, usando la renta de los recursos naturales para financiar y orientar la inversión en sectores de alto valor.
Tiene el potencial de generar un "Big Push" industrializador, saltando etapas que el mercado por sí solo no saltaría.
Alto riesgo de ineficiencia, burocracia y de que el Estado elija "ganadores" incorrectos. El aumento de costos para la minería privada puede reducir capital disponible.
Un precio récord del cobre en 2025 es la condición perfecta para el enfoque de Jara, ya que proporciona el superávit fiscal necesario para financiar la audaz transición industrial. Sin embargo, es un camino de alto riesgo. El enfoque de Kast es más conservador y busca primero asegurar que la producción minera esté sana y productiva, confiando en que luego generará valor agregado por sí misma.
Confía en que, quitando trabas, el ingenio privado encontrará la manera de agregar valor de forma competitiva. Su modelo es más orgánico pero menos dirigista.
Riesgo: La diversificación puede ser lenta y no necesariamente estratégica, manteniendo a Chile en una posición dependiente de commodities.
Propone que el Estado debe ser el motor y guía de la diversificación hacia productos de altísimo valor, usando la renta del cobre para financiar esta transición estratégica.
Riesgo: Mayor probabilidad de fracaso y de dañar la inversión minera actual en el intento de transformación.